Frankenstein y tu diseño gráfico CUIDADO!

En 1818 Mary Shelley   escribió una novela que terminó siendo una de las novelas más interesantes de la historia. La vida de Frankenstein y esta nota no tiene que ver con Víctor Frankenstein pero si tiene que ver con un gran Frankenstein qué sucede en el mundo empresarial. 

La comunicación verbal es muy joven, la comunicación visual es la que más años tiene; los cavernícolas hacían sus dibujos para comunicarse en las cavernas y el ser humano está más adaptado y más preparado para reconocer la comunicación de forma visual más que la comunicación de forma verbal. 

Muchas veces pensamos y entendemos que somos buenos diseñadores, hace más de 22 años me dedico al tema de Desarrollo Digital y premeditadamente leí que zapatero a su zapato; hoy mi recomendación es que usted utilice una plataforma que se llama Canva. 

Una chica de Australia con 21 años de edad, Melani Perkins inventó la plataforma de diseño más simple que el mundo ha conocido con su nombre. Ella inventó una plataforma que tiene cientos de miles de diseños preestablecidos, y cambiarlo y adaptarlo a tu marca, es muy simple. 

Una presentación efectiva, te puede traer un gran negocio, un nuevo cliente; una tarjeta de presentación efectiva puede ampliar tu negocio; una tarjeta o una presentación fea te puede alejar del negocio.

En un mundo en donde controlamos nuestro negocio desde el móvil y donde tu presencia física, tu cara, tu expresión, tu body language, tu energía va incidir directamente en los resultados que obtienes. Una buena presencia, una preparación de comunicación efectiva y una comunicación visual totalmente profesional hace la diferencia de tu negocio. 

Apóyate en profesionales que te impriman con un nivel de calidad óptimo para que puedas entregar una propuesta con el diseño correcto. Con lo cual si tienes buen dinero contrata un profesional; si no tienes buen dinero apoyate sobre las herramientas que canva.com y Melani Perkins desarrollaron para que tu marca luzca como una marca de un billón de dólares. Así que no dejes que Frankenstein siga trabajando en tu departamento de diseño gráfico.